viernes, 31 de octubre de 2008

Educación a lo largo de la vida. Los mayores y TIC


Hemos asistido estos días a la movilización de la sociedad italiana contra los recortes en el sistema educativo público del citado país. Las crísis financiera que vivimos puede hacer que las élites políticas pongan su punto de mira en los gastos sociales y dentro de ellos en los educativos. Lejos de castraciones la educación pública es el pilar de cualquier sociedad libre y justa. En los nuevos tiempos ese pilar tiene que extenderse a toda la población, la senda de la educación a lo largo de toda la vida no puede cortarse. Por ello he querido reflexionar teóricamente sobre el tema.


En los últimos treinta años en los países occidentales se han conseguido éxitos sin precedentes en la educación, pero a la vez existe la sensación social de que el sistema educativo es incapaz de formar para la realidad social y laboral de principios del siglo XXI.

Nos encontramos en una sociedad del conocimiento cuya dinámica de cambio no ha hecho más que comenzar. En Julio de 2001, la Comisión de Estados Unidos para la Educación basada en Internet, planteó que no era ya el momento de discutir si el uso de Internet puede transformar el aprendizaje, porque ya lo daba por transformado, centrándose en hacer un llamamiento a los responsables políticos para establecer el aprendizaje electrónico como pieza central de la política de educación. En el mismo sentido, las autoridades educativas extremeñas han extendido el material de aprendizaje electrónico hasta hacerlo llegar a la vida cotidiana de las aulas.

Este parece uno de los más claros retos del futuro. La sociedad del conocimiento va a elaborar nuevas y potentes vías de acceso al saber.

Los cambios de todo tipo acaecidos en los países desarrollados durante la segunda mitad del siglo XX, son tan importantes que en el espacio de una vida, y por tanto al alcance de nuestra memoria individual, se acumulan tal torrente de acontecimientos innovadores, que no existe otra etapa histórica que haya obligado a las personas a un esfuerzo semejante de acomodación y de adaptación a nuevas formas de vida, que exige un aprendizaje y cualificación permanente a lo largo de toda la vida, donde el concepto de edad ha sido sustituido por el de ciclo vital.

En la segunda mitad del siglo XX, ha acontecido una de las revoluciones silenciosas más profundas de la Historia; que no sólo ha afectado a nuestras costumbres, a nuestras formas de producción y a nuestras relaciones políticas, sino que fundamentalmente ha modificado nuestra mentalidad. En sólo cincuenta años hemos visto: primero un desarrollo espectacular de la ciencia; y luego, como consecuencia, un auténtico estallido de la tecnología, aplicando el impresionante avance de las ciencias a la producción de instrumentos y de máquinas de todo tipo que han cambiado nuestras formas de vida, mejorando, como nunca, nuestra calidad de vida; y además, estas mejoras no se reducen a las elites sociales, sino que, amparadas por la democracia y el concepto de Estado del bienestar, se ha extendido a amplias capas de la población. Baste con recordar que, hace sólo cincuenta años, todavía existían serios problemas de hambre en muchas zonas de los países europeos.

El desarrollo de la tecnología es la base de la mejora en nuestra calidad de vida; por eso la tecnología se ha hecho imprescindible en nuestra sociedad contemporánea.
El avance de la ciencia se organiza desde un modelo en espiral que incluye investigación, desarrollo tecnológico y nuevas investigaciones que producen nuevos desarrollos tecnológicos. Esta espiral avanza en círculo, volviendo a pasar por los mismos puntos, pero cada vez más alto. Los países o regiones que no consigan seguir el ritmo de esta renovación tecnológica están condenados a no ser competitivos.

Los nuevos patrones de producción de la sociedad del conocimiento nos llevan a una economía y sociedad del conocimiento; por eso el actual sistema de desarrollo tecnológico está ahondando las distancias entre los países desarrollados y los países del Tercer Mundo.

El mundo se ha empequeñecido y la sociedad se ha globalizado con patrones de comportamiento generadores de idénticos problemas de desigualdad social acontecidos en otras fases de la historia, que en su formato actual se significa como BRECHA O FRACTURA DIGITAL.

El análisis de la desigualdad social puede aplicarse a la sociedad de la información, pues asistimos a un proceso de precarización de las relaciones sociales y laborales, sobre todo de quienes no pueden acceder a la sociedad de la información por falta de competencia digital. En este sentido es importante considerar a nuestros mayores como agentes activos de nuestra sociedad, que disponen de más tiempo para ingresarse por múltiples actividades, logrando ocupar nuevos roles en actividades de voluntariado y asociacionismo e incluso como agente de cambio socioeconómico.

A esta desigualdad se añade que la sociedad del conocimiento tiene que solucionar problemas de gran envergadura para la supervivencia, tales como el calentamiento de la atmósfera o que el desarrollo en espiral produce tendencias que, si no se corrigen, son altamente peligrosas para la estabilidad de los países más desarrollados; ya que son una de las causas fundamentales de los movimientos migratorios masivos que plantean nuevos problemas sociales y es que nadie podrá poner fronteras a jóvenes con los suficientes niveles de educación como para ser conscientes de sus escasas expectativas de futuro en unos países donde cada día observan retrocesos en su calidad de vida. Pero además vienen los mejores, ahondamos en los desequilibrios, al crear desiertos de inteligencia, de organización, de estructuras políticas y sociales capaces de defender los intereses de sus países de origen.

De hecho, en contraste con la extensión de los ordenadores en la escuela extremeña (hace unos días se entregaban portátiles a alumnos de un IES de Plasencia), existen multitud de Estados que, en el siglo XXI, no pueden garantizar un puesto escolar a todos los niños que viven en su territorio, ni siquiera con la ayuda económica ofrecida por UNESCO.

El impacto de las nuevas tecnologías sobre las formas de organización social es total: sobre lo cultural, laboral, educativo, etc. Cuando pensábamos que en los países occidentales el analfabetismo había dejado de ser un problema, surge la necesidad de alfabetización digital; cuando se pensaba que la comunicación escrita se había quedado obsoleta, surge con fuerza el correo electrónico; cuando se pensaba que las relaciones sociales eran incapaces de vencer al individualismo social, surgen los Chat como espacios de encuentro interpersonal. Pero ojo, sólo de quienes tienen acceso a esta tecnología.


Apuntes para afrontar como Educadores Sociales y desde nuestro contexto social, el fomento de la educacíon a lo largo de la vida, concretamente con los mayores.

Con carácter general y dirigido a toda la población mayor se tendría que realizar distintos programas formativos en función del nivel de calificación de los ancianos. Por las características de la población mayor de Extremadura, habría que seguir realizando programas de alfabetización básica, de lecto-escritura, talleres de fomento de la lectura, teatro, folclore, música, de alfabetización informática, etc. Para este último podríamos realizar talleres de iniciación a la informática y a Internet, utilizando los IES con la equipación informática básica, en las horas de no utilización por parte del alumnado más joven, Convertiríamos los IES en verdaderos Centro Integrales de Educación Permanente.

Igualmente habría que dotar a todos los Centros de Día (antiguos hogares del pensionista) de su correspondiente sala de ordenadores, para que los mayores puedan utilizarlos y navegar en la red, en estos centros se organizarían todo tipo de actividades que fomenten la utilización de estas nuevas herramientas de la comunicación, que lo permitan a nuestros mayores “no solo estar en el mundo sino con el mundo” (Freire) del siglo XXI. Esta labor en las zonas rurales me consta la realizan los telecentros.

Otra posibilidad de intervención la podemos desarrollar en las Residencias Asistidas extremeñas, donde una gran parte de los mayores que en ellas residen son personas con todas sus capacidades cognitivas intactas, pero que suelen tener algún tipo de patología física sobrevenida, que les impide desarrollar su vida en sus domicilios. Estas personas que ven mermadas sus capacidades, tienden a retrotraerse y dejando pasar el tiempo viendo la TV, en el mejor da los casos, alejados definitivamente de la sociedad, o lo que es lo mismo “estando” en el mundo pero “sin el mundo”. En este tipo de centros se debería planificar programas específicos que permitieran, al mayor número posible de residentes (evidentemente no a todos, probablemente por otras tendencias sociológicas o de carácter antropológica), acercarse a las nuevas tecnologías, abriendo para muchos de ellos nuevas ventanas al mundo, situándoles nuevamente en él.

Retos que plante la sociedad cognitiva a las personas mayores

En primer lugar, desde una perspectiva global, ya no se habla solo de los cambios intergeneracionales. Los debates sociológicos constatan que los cambios son tan acelerados que ya se puede hablar de cambios “intergeneracionales”. Es decir, en breves años se producen transformaciones políticas, económicas y sociales que antes requerían un espacio mucho mayor de tiempo.

En segundo lugar, en el caso de las personas mayores nos encontramos con dos situaciones: una de carácter sociológico que nos lleva a analizar la relación entre sociedad cognitiva y el fenómeno demográfico; la otra de carácter educativo que plantea de forma particular el contexto del aprendizaje.

Sociedad cognitiva y fenómeno demográfico:

Es necesario atender a las dos caras de la misma moneda, a saber:

a). Una primera cara que trata de acentuar la “dimensión pasiva” de los mayores. El rostro del fenómeno del envejecimiento se considera de forma negativa: incremento del gasto social y sanitario: posible pérdida del dinamismo social, aparejando el cambio de estructuras demográfica y dificultades para adaptarse a las transformaciones. Desde el punto de vista del aprendizaje, las personas mayores ya no serían sujetos aptos para aprender, por cuanto sus capacidades intelectuales presentan dificultades.

b). La segunda cara de la moneda resulta mucho mas positiva, por cuanto las personas mayores se están convirtiendo en agentes activos de nuestra sociedad, no sólo por su “incremento cuantitativo” sino porque disponen de más tiempo para interesarse por múltiples actividades relegadas durante su vida profesional, porque pueden ocupar nuevos roles en actividades de voluntariado y asociacionismo e incluso, porque como grupo importante, no dejan de ser actores de cambios económicos en los sectores relaciones con la salud, la calidad de vida, el ocio, el turismo, la cultura, la formación etc.

El envejecimiento de nuestra sociedad no puede entenderse sólo como un problema de estructura demográfica. Es también un problema de estructuras mentales e institucionales, lo que obliga a que la sociedad deba adaptarse a esta nuevo hecho, integrando el fenómeno de envejecimiento e su desarrollo global, articulando, al mismo tiempo, medidas económicas, políticas, sociales y educativas. En esta tarea los educadores sociales tenemos un campo infinito de actuación.

Sociedad cognitiva y aprendizaje de las personas mayores:

La atención a las personas mayores ha tenido y sigue teniendo cierta descompensación. En primer lugar, porque hasta hace muy poco tiempo el grupo de personas mayores era más minoritario. Sus expectativas de vida eran menores.

Las circunstancias son hoy totalmente diversas: el colectivo de los mayores es muchos más numeroso y tampoco es un colectivo homogéneo. Mucho más amplio en el tiempo de expectativas de vida desde su jubilación.

Si las circunstancias han determinado que las preocupaciones gerontológicas hayan discurrido y tenga que seguir discurriendo por la vertiente médica, psicológica, hoy, ante las transformaciones y cambios en el propio colectivo adulto, es necesario ofrecer nuevas perspectivas. A las atenciones médico-sanitarias en su vertiente geriátrica y las atenciones psíquicas desde la perspectiva de la gerontología, que vienen desarrolladas en la reciente "Ley de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia", hay que añadir la vertiente socioeducativa.

El instrumento pare ello es el desarrollo de planes gerontológicos integrados, que junto a la atenciones a la salud y asistencia sanitaria, las pensiones, el amplio cambio de los servicios sociales, potencien la dimensión educativa, cultura y de participación social.

Se pretende prevenir declives prematuros, facilitar roles significativos, potenciar el crecimiento psicológico y el disfrute de la vida en las personas de mayor edad y fundamentalmente, es necesario operativizar el derecho y la posibilidad de seguir aprendiendo a lo largo de toda el ciclo vital.



martes, 21 de octubre de 2008

¿Tienes siete euros? Publica tu propio libro. Un nuevo recurso didáctico para la Educación Social.

Un nuevo recurso que puede tener inumerables aplicaciones, desde una perspectiva didáctica y profesional para los Educadores Sociales es la posibilidad Publicar un libro a un costo pequeño. Esta posibilidad puede favorecer acciones educativas de todo tipo, por ejemplo de animación sociocultural en un barrio o en un pueblo o sobre un instituto. También podemos motivar a escribir pequeños relatos, cuentos, novelas o la propia historia de vida y publicarlos en un libro; con una tirada ajustada a los interesados -desde un ejemplar a cientos-. También puede servirnos para publicar nuestros proyectos y experiencias.

Las ventajas de las nuevas imprentas de la era de Internet radican en que no hace falta un gran desembolso, así que puedes utilizar esta posibilidad para publicar cualquier cosa, desde un recopilatorio de los mejores 'posts' de tu blog o de las fotos de las vacaciones.

¿Qué plataformas de autopublicación existen?

Hay decenas de empresas dedicas a la impresión de obras a través de internet. Las más conocidas y que prestan sus servicios en España son Lulu y Bubok. A nivel internacional tenemos a BookSurge— propiedad de AmazonAuthor House, Self Pulishing y Autor Crossing.

Además, existen otras empresas especializadas en libros de gran formato, destinado a la publicación de libros de fotografías o con gran abundancia de estas. A nivel de usuario, destaca el servicio de impresión de álbumes incorporado dentro del paquete fotográfico de iLife de Apple y el servicio ofrecido por la empresa Blurb, que sobresale por su sencillo y bonito software para los sistemas operativos Mac OS X y Windows XP/Vista que permite maquetar desde el ordenador para después subirlo a la plataforma.

¿Cómo funciona?

El procedimiento para enviar una obra a un servicio de autopublicación suele ser sencillo. Normalmente hay que subir el documento en formato PDF, rellenar los campos correspondientes, elegir la encuadernación, el diseño de la portada y el precio final, incluyendo el margen de ganancia que cada autor quiera tener. Un problema habitual es tener el documento PDF en un tamaño diferente al previsto para su encuadernación o tener que realizar una portada con las medidas apropiadas (si no se quieren utilizar las plantillas predefinidas).

¿Qué tipo de gente utiliza estos servicios?

El perfil del usuario de estas plataformas es diverso. Va desde empresas que las utilizan para publicar sus manuales de uso, hasta escritores amateurs o personas que quieren tener ordenados sus recetas de cocina.

¿Son imprentas o editoriales?

Hay que tener en cuenta que no son editoriales al uso, ya que no realizan ningún filtrado previo de los libros que imprimen, más allá de cumplir con algunas normas en cuanto al tipo de contenido descrito en la sinopsis. Es decir, son imprentas con servicios adicionales para los escritores, como el servicio de corrección profesional que ofrece Bubok a todos sus usuarios.

Para el servicio de impresión cuentan con 'partners' que realizan la tarea de imprimir los libros enviados por los clientes a través de la red. Tanto Lulu como Bubok utilizan los servicios de la imprenta sevillana Publidisa, que se encarga de la impresión y posterior distribución de cada uno de los libros a las centrales de estas plataformas.

¿Es caro autopublicar?

A pesar de que es posible contactar directamente con empresas como Publidisa para sacar una tirada de libros, la ventaja de usar las empresas de autoedición online radica en que no es necesario hacer un pedido de un mínimo de unidades y almacenarlo en casa de cada escritor en ciernes a la espera de poder colocarlos uno a uno. De esta forma, cada libro se imprime bajo demanda, después de haber sido vendido, ahorrando costes de almacenaje y desembolsos iniciales.

En cuanto a precios por unidad, depende de las características elegidas, como el número de páginas a imprimir, tipo de papel, encuadernación, tipo de tapa o si es en color o blanco y negro. Por ejemplo, un libro de tamaño similar a las ediciones convencionales de bolsillo, de 120 páginas y en blanco y negro puede sale por 9,82 eurosen Lulu, a lo que hay que sumar los gastos de envío. En Bubok, el precio de un libro de igual numero de páginas y con el tamaño más pequeño de 150x210 mmm tiene un coste de 7,20 euros. Gastos de envío aparte. Eso sí, el próximo 28 de octubre Lulu.com sube sus precios en España debido "al aumento de los costos de materia prima, transporte y envíos", así que si vas a usar sus servicios, date prisa.

¿Cuanto margen me queda?

El usuario decide qué margen de beneficio aplica sobre su obra. Por ejemplo, si un libro cuesta 7 euros, puedes decidir venderlo a ese precio sin beneficio, a 10 euros o a 50, como prefieras. Pero teniendo en cuenta que una parte importante del precio va destinado a la impresión de la obra, el encarecimiento del producto puede ser considerable si se le añade un gran margen.

Sin embargo, existe otra opción: la publicación de la versión electrónica en PDF permite un margen mayor, al no tener costes asociados a su fabricación. Sin embargo, esta versión suele tener un precio muy bajo o incluso gratis, ya que es una de las formas más efectivas para dar a conocer la obra entre los potenciales compradores.

¿Cómo distribuyo mi libro?

A pesar de que el cliente principal de los servicios de autopublicación es el autor que usa su plataforma, estos servicios también son en parte 'librerías on line' donde cualquiera puede curiosear y comprar. Ofrecen directorios ordenados por categorías y además, para facilitar la compra, incluyen rankings de los más vendidos, comentados, etc.

¿Necesito un ISBN?

El ISBN es el número destinado a la identificación de los libros y que permite a los editores y bibliotecarios tenerlos localizados. Es recomendable disponer de un ISBN si quieres que tu libro aparezca en la bases de datos bibliográficas. Algunas de estas plataformas de autopublicación ofrecen el servicio de registrar por ti el ISBN. Sin embargo, si quieres hacerlo por tu cuenta, puedes solicitarlo directamente pidiendo un ISBN de autoedición.


martes, 7 de octubre de 2008

Género y desarrollo profesional *


Bajo el título, Género y desarrollo profesional: identificación y valoración de los elementos implicados en la evolución de la carrera profesional de la población joven y adulta desde la perspectiva de género, un equipo de investigación de la Facultad de Educación de la UNED, ha desarrollado durante tres años este proyecto, finalizado en 2007 y financiado por el Instituto de la Mujer, bajo la coordinación de la profesora Marifé Sánchez.

El objetivo de la investigación ha sido identificar un mapa de relaciones entre el papel de los estereotipos de género y las siguientes dimensiones del desarrollo de la carrera: las variables de identificación (edad, nivel educativo-cualificación, nivel socio-económico, influencia familiar); las representaciones, valores y expectativas sobre el trabajo; las condiciones de riesgo de exclusión frente al empleo; la trayectoria y actual situación profesionales; las competencias y habilidades que permiten el desarrollo de la carrera.

Algunas de las conclusiones más relevantes a destacar son:

Con respecto a los valores y estereotipos de género, en general, su presencia en las personas es más baja cuanto mayor es la edad y más elevado es el nivel educativo, y es más alta cuanto menor es la edad e inferior el nivel educativo. Se aprecian percepciones globalmente más estereotipadas (de las profesiones, los rasgos personales y los roles de trabajo en el ámbito familiar) entre la muestra de estudiantes frente a la de trabajadores/as, lo que nos induce a pensar que la experiencia y la edad contribuyen a “corregir” estas percepciones.

Los varones, tanto estudiantes como trabajadores, comparten la presencia de estereotipos de género de forma significativamente más marcada que las mujeres, mientras que éstas mantienen posiciones más neutras e igualitarias. Estos estereotipos, vinculados a una creencia interiorizada de superioridad masculina constituyen, entre los más jóvenes, una realidad peligrosa que puede estar en la base de comportamientos y actitudes que se prolonguen en la edad adulta. Comportamientos que, como es sabido, pueden ir desde actitudes más o menos discriminatorias en la vida cotidiana familiar, profesionales, etc., hasta reacciones violentas contra las mujeres. Por tanto, es un dato relevante a tener en cuenta en los planteamientos educativos de prevención de la violencia de género.

A pesar de que son ellas las que mantienen posturas más “avanzadas” en este sentido, son también ellas las que sufren mayor discriminación laboral. Esto apuntaría a la hipótesis de que las razones no estarían tanto en su “auto-exclusión” como en razones “externas”, y quizá la opción por profesiones y puestos considerados “femeninos” sea más una respuesta adaptativa que una opción libremente elegida.

El estudio de los valores del trabajo, nos permite concluir que los valores instrumentales están muy patentes en las valoraciones de trabajadores/as y estudiantes: la estabilidad, la seguridad y cuantía económica, y el que permita mantener una vivienda. Pero se aprecia una diferencia de género, al conceder ellas más importancia, en general a todos los valores del trabajo, y particularmente, al desarrollo personal en el trabajo, y en lo que contribuye a establecer relaciones personales. Esto evidencia que ellas dan más importancia al trabajo, ─ lo que se corrobora en las entrevistas y también desde la percepción de los orientadores (grupo de discusión) ─, quizá porque son conscientes en mayor medida de los obstáculos que para ellas representa el acceso a éste y su mantenimiento. Se diría que le dan un alto valor al trabajo, pero desde unas motivaciones diferentes y diversificadas; manteniendo ellos, unas prioridades más delimitadas y orientadas a lo instrumental. Es interesante observar cómo las apreciaciones de los orientadores (grupo de discusión), están muy cercanas a los resultados obtenidos, y la relación directa que señalan con las elecciones académicas de chicos y chicas.

La carrera profesional de hombres y mujeres está diferenciada no sólo en las edades intermedias que coinciden con períodos de maternidad de la mujer, sino que ya, desde etapas muy anteriores (en la etapa de estudiantes) se aprecian diferencias en las expectativas, metas, motivaciones, que son evidentes factores influyentes en los procesos de decisión. Ciertamente, la mayor parte de los estudiantes (chicos y chicas) tiene claro lo que va a hacer cuando termine sus actuales estudios, pero ellas pretenden en mayor medida que ellos hacer oposiciones o comenzar otros estudios simultaneando con el trabajo; mientras que ellos se plantean en mayor medida que ellas trabajar en cualquier empleo. En la etapa adulta, son muy marcadas las diferencias en las metas que se proponen mujeres y hombres, pues mientras ellos se plantean sobre todo promocionarse, progresar en su carrera e incluso preparar su jubilación, ellas buscan sobre todo mantener lo que han conseguido profesionalmente, mejorar su empleo y ampliar su formación como vehículo para ello. Es decir, que ellas se encuentran en un nivel anterior de “mantenimiento”, de no perder lo que ya han conseguido.

Los varones muestran en sus expectativas una mayor tendencia al trabajo por cuenta propia, y a emplearse en puestos relacionados con el perfil académico (algo que perciben como una dificultad para ellos). Y sus ideales profesionales se sitúan en sectores profesionales tradicionalmente masculinizados. Mientras que las mujeres hacen un mayor análisis sobre su propia carrera, mostrando mayor conciencia sobre aspectos que la condicionan (de hecho tienen menores expectativas de lograr sus objetivos a la vuelta de diez años), a la vez que muestran más deseos profesionales que ellos. El marco de sus expectativas también se sitúan en sectores profesionales tradicionalmente feminizados (área social, educativa, sanitaria, servicios). En definitiva, las opciones que ambos plantean siguen reflejando una marcada división por sexos en la profesión.

Se verifican diferencias en las trayectorias de hombres y mujeres, en aspectos como el momento de la primera inserción, el número de años laborales, el número de períodos de desempleo, en algunas reacciones psicológicas ante el paro, así como en lo que se refiere a algunas atribuciones causales de su desempleo o de sus situaciones laborales insatisfactorias. Así, las trayectorias femeninas son más tardías y, globalmente, de duración algo menor que las de los varones. Ellas han afrontado situaciones de paro con mayor frecuencia que los hombres y tienen mayor tendencia tener reacciones psicológicas de incertidumbre y emociones negativas, siendo sus atribuciones causales de carácter más intrínseco, siendo más conscientes de sus limitaciones. El árbol de decisión (prueba answer tree), informa a su vez de la relación entre la trayectoria laboral y algunos estereotipos de género, los valores del trabajo y el nivel educativo, como variables que permiten discriminar grupos o perfiles. En el caso de los estudiantes, la trayectoria laboral está relacionada con el nivel educativo y uno de los valores del trabajo (el ascenso y la promoción en el trabajo).

Mujeres y hombres hacen distintas valoraciones de su formación inicial y continua, así como de la importancia otorgada a las diversas condiciones o características de los puestos de trabajo. Su valoración del propio desarrollo profesional es también diferente: para los mismos tramos de edad, es más alta la proporción de hombres que afirman encontrarse en una etapa consolidada, ascendente o positiva, frente al grupo de mujeres, que consideran encontrarse más frecuentemente en una etapa inicial de su desarrollo profesional, con una carrera profesional estancada o con una progresión negativa. Otro aspecto diferencial es que las mujeres vinculan con mayor frecuencia el ámbito profesional con aspectos personales (maternidad, cuidado de la familia o influencia de la pareja).

A la vista de este conjunto de resultados, parece conveniente insistir en la importancia del conocimiento del mundo laboral entre los/as estudiantes y trabajadores/as, no sólo a través del acceso a la información, sino mediante actividades más dinámicas, activas y explícitas que eviten el desarrollo de representaciones sesgadas e incompletas sobre las profesiones. En este sentido, los resultados del grupo de discusión de orientadores ponen de relieve la necesidad de que estos profesionales sean adecuadamente formados para un mayor conocimiento y manejo de los aspectos axiológicos, que tanto tienen que ver con la elección vocacional y con la motivación académica de los/as estudiantes.

Finalmente, se aprecia la fuerte necesidad de promover actuaciones en las aulas, y en los diversos contextos de la orientación profesional, que permita a las personas ser conscientes de los obstáculos y condicionantes de sus propias decisiones, ayudándoles a identificar sus propios estereotipos y prejuicios, a conocer mejor su potencial profesional (autoconocimiento), superando inseguridades y situaciones de baja autoeficacia, en definitiva, a reflexionar sobre sus verdaderas posibilidades, sin limitaciones previas derivadas de los estereotipos de género.


María Fe Sánchez García

Directora del COIE. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
*Artículo completo en:
Boletín nº 6 de Conéctate a la formación.
http://www.ccoonectate.es/ccoonectate/home/docs/boletin6.pdf